Cuenta la leyenda que si duermes la siesta debajo de una higuera aparece el diablo. Eso le pasó a Adrian una tarde.
―Te imaginaba de otra manera―dijo Adrian
―Todos dicen lo mismo, pero aquí estamos. ¿Qué es lo que más deseas?
―Soy desgraciado, nadie me quiere, estoy lleno de problemas.
―Agraciado serás, solo firma aquí.
El diablo cumplió, ya no tenía problemas, la gente lo amaba y lo recordaba con cariño mientras miraban su ataúd. Adrian nunca despertó de la siesta debajo de la higuera.