Edgar Wallace era profesor de literatura, amante de libros antiguos y prohibidos. Estudiaba la mitología nativa americana en los bosques de Pinewood.
El chamán le ofreció la pipa repleta de una hierba color naranja. Edgar no lo dudó y aspiró aquel humo denso y poderoso. Ahora flotaba. Se veía a sí mismo desde la lejanía.
El chamán sacó un cuchillo y le extirpó los ojos. Edgar gritó pero nadie escuchó, había volado demasiado alto.